martes, 11 de septiembre de 2012

Black Point, ojalá y sea un punto y seguido , no aparte



Acaso el cinturón de seguridad detiene el paso del oxigeno hacia el

cerebro ¿? Es posible que el alcohol mientras conducimos nos sirva para

agudizar los sentidos







¿? Han de estar tantos y tantos científicos

equivocados al advertir que es mala combinación: Un volante, etílico y

sin cinturón por las vías publicas ¿? Black Jonas Point ha sido el más

reciente en verificar la veracidad de tan repetida advertencia. De muy

poco nos sirven las bolsas de aire si primero no nos aferramos a la vida

a través de un dispositivo introducido al mercado automovilístico a

finales de los 50 del siglo pasado por la marca sueca Volvo: el bendito

cinturón de seguridad millones de veces ninguneado por la bravura

irascible del macho dominicano.





Black Point tenía sed de bravear, en las

Américas descubrió un poste de luz pero tras el impacto su abrupto

estado de inconciencia le impidió concretizar el ritual de su hallazgo.

El mundo de la música urbana muestra su sensibilidad haciendo cadenas de

oración por un colega que viene y va entre dos mundos. Habrían hecho lo

mismo si por culpa del desatino del mismo, segundos y terceros hubiesen

resultado lesionados por un neumático al garete o sencillamente

encontrarse en el lugar menos indicado a la hora mas azarosa e

inoportuna ¿?


Que un joven de 23 años se vea

al filo de la vida, es algo que impacta hasta sensibilizar no obstante,

hemos olvidado su imprudencia al no usar el cinturón y al andar con

alcohol corriendo por su sangre al mismo tiempo que corría por una

avenida con las manos al volante. Es duro el suceso en si, sin embargo

mas duro hubiese sido si por su culpa alguien ajeno a su imprudencia

yaciese a estas alturas en una tumba fría, lóbrega y callada.





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